La cosecha inaugural de este vino, 1997, corte de Cabernet Sauvignon y Malbec, marcó un hito en la calidad de los vinos sudamericanos, al obtener el primer y segundo puesto en catas a ciegas realizadas contra grandes vinos del mundo.
De profundo e intenso color violeta, su aroma remite a concentradas notas de frutos negros, chocolate amargo y licor. También se perciben complejos aromas minerales y florales, junto a notas especiadas y de hierbas frescas. En boca es un vino de gran concentración, con pronunciados sabores a frutos negros y un fuerte lado mineral. Se trata de un vino notoriamente complejo, que esperamos alcanzará su máximo esplendor dentro de los próximos cinco a seis años.
La cosecha 2003 contó con un clima extraordinariamente seco, incluso para las características desérticas de Mendoza. Durante los dos meses previos al momento de cosecha, las temperaturas nocturnas fueron más bajas de lo usual, lo que incrementó la amplitud térmica, permitiendo que las plantas gastasen menos energía durante la noche, y así acumularan energía extra para el proceso de maduración.