MENDOZA.- Abanderada en la revolución del Malbec argentino, pionera en apostar por la calidad y los terruños de gran altura, y artífice de grandes vinos que han sorprendido a la crítica mundial, la Bodega Catena Zapata no necesita presentación. Pero sería justo reconocer que el suyo es un trabajo arduo de cuatro generaciones, una historia que comienza a escribirse con un migrante italiano que cruza el Atlántico en busca de sueños. Éste es el árbol genealógico de quienes la han hecho posible:
“Seleccionaban las uvas de los viñedos más viejos para, luego, añejar los vinos en antiguos toneles de roble francés por tres o cuatro años, obteniendo sabores algo oxidados, en la dirección de un jerez o un oporto”.Nicolás Catena
Era el hijo menor de una familia de cinco hermanos proveniente de la región de Le Marche, en Italia. Sus hermanos abrazaron el sacerdocio o la carrera militar. En cambio, él amaba la tierra y comenzó a trabajar desde muy joven, junto a su padre, en las pequeñas huertas y viñedos de la familia. Con el sueño de tener un viñedo propio en el Nuevo Mundo, en 1898, a los 18 años de edad, partió en barco hacia Mendoza, donde en 1902 plantó su primera viña de Malbec. Cuando me inicié en la conducción de la bodega familiar, a mediados de los años 60, mi abuelo y mi padre elaboraban sus vinos finos de acuerdo a las antiguas tradiciones italianas.
“Aprendí de mi abuelo y de mi padre que la calidad de un vino depende del lugar y poco podemos hacer en la bodega para mejorarla”.Nicolás Catena
Hijo de Nicola, se convirtió en uno de los viticultores más prósperos de Mendoza. Vendía su vino en antiguos toneles de roble, que eran embotellados en la capital argentina. El apellido Catena se hizo famoso gracias a su ensamble Tinto Buenos Aires. El secreto de este vino, vendido en los bistrós más elegantes de Buenos Aires, eran las uvas de La Consulta, al norte del Valle de Uco. Don Domingo estaba convencido de que el Malbec podía dar vinos tan buenos como los mejores de Francia.
Madre de Nicolás y directora de la escuela rural donde él creció. Consideraba que todo niño debía tener acceso a la educación pública. Angélica era muy exigente con sus propios hijos. Nicolás quería estudiar física y le preguntó a su madre que debería hacer cuando se graduase. Ella le contestó: ‘Deberías aspirar al Premio Nobel’.
A principios de los 80, Nicolás fue invitado a la Universidad de Berkeley como profesor de Economía Agrícola. Al visitar Napa, se sorprendió de que los californianos aspirasen a elaborar vinos tan buenos como los mejores de Francia. Regresó a Mendoza decidido a modernizar la industria, desde la selección de plantas hasta la incorporación de nueva tecnología. Nicolás introdujo prensas europeas, barriles de roble francés y nuevas líneas de embotellado.
Su visión fue crear vinos de una calidad similar a la de los mejores países productores. Sus colegas pensaban que cometía un error al no elaborar volúmen a precio accesible.
Cabernet Sauvignon y Chardonnay fueron las dos variedades con que Nicolás inició su revolución. Tras la muerte de Domingo, se focalizó en el Malbec y su intuición le decía que los viñedos fríos, de altura, serían la dirección correcta. En Mendoza había entonces sobreproducción de Malbec y las largas maceraciones no favorecían el desarrollo de aromas y taninos delicados. En los 90, Nicolás emprendió el resurgimiento con viñedos de altura, selección de plantas e hincapié en suelo, clima e irrigación.
“A comienzos de los 80 tuve oportunidad de visitar Napa Valley y fue para mí una novedad degustar vinos premium que se distinguían principalmente por su frescura, su fruta y los dejos de roble francés nuevo.Los californianos habían decidido intentar una calidad igual o superior a los mejores franceses. Inmediatamente decidí iniciar un proyecto similar en Argentina, en Mendoza”.Nicolás Catena
“Plantamos a mil 500 metros de altura, en Tupungato Alto, un viñedo que denominamos Adrianna, el nombre de mi hija menor. Cuando degustamos los primeros vinos provenientes de este viñedo, fue un shock. Sobretodo con la variedad Malbec, un tinto denso pero exageradamente aterciopelado, sumamente complejo, bajo PH y un muy intenso aroma floral a violetas. Un análisis de mi hija mayor, Laura, permitió esbozar la hipótesis de que, al subir la montaña, se incrementaba la intensidad luminosa”.Nicolás Catena
Bodega & Viñedos Catena ha sido siempre un emprendimiento familiar,y en gran parte debe su éxito internacional al trabajo perseverante de la esposa de Nicolás. A principios de los 90, durante su estadía en Estados Unidos, Elena solía visitar las vinotecas ofreciendo el Catena Chardonnay a un precio de 15 dólares por botella. La respuesta de los encargados del negocio solía ser: “De ninguna forma; ese es el precio de mis mejores Chardonnay de California”. Entonces, Elena les proponía degustar a ciegas su vino del Valle de Uco contra cualquier otro californiano de su elección. El Catena Chardonnay lograba imponerse y cerrar así la venta.
Nunca tuvo intenciones de trabajar en la bodega familiar. Luego de estudiar biología en la Universidad de Harvard y Medicina en Stanford, se graduó como médica. En 1995, su padre le pidió representar a la familia en la New York Wine Experience, organizada por la revista Wine Spectator. Fue la primera bodega sudamericana invitada. Laura observó largas filas para probar los vinos franceses, italianos y californianos. Pero cuando la gente pasaba frente a Catena y veía vinos de Argentina, seguía caminando: eran completamente desconocidos. Laura sostuvo desde un principio que el clima de altura extrema y la variedad Malbec debían estudiarse localmente, pues ningún consultor externo sabría qué hacer con el terroir al pie de los Andes. Por lo tanto, en 1995 Laura decidió fundar el Catena Institute of Wine, cuyo proyecto inicial consistió en llevar a cabo la primera selección de Malbec de Argentina, una población de 135 plantas cultivadas en el antiguo viñedo Angélica perteneciente a la familia. La tarea del instituto, explica Laura, consiste en utilizar la ciencia para preservar la naturaleza y la cultura, no para modificarla ni mejorarla.
Situado hacia el sur, en la zona de Altamira, en La Consulta, el viñedo Nicasia, bautizado así en honor a la abuela materna de Nicolás, es el único de Malbec plantado con clones propios en esta tradicional zona de cultivo. La Consulta era la preferida de Don Domingo para el Malbec. La fermentación se realiza en barriles nuevos de roble francés de 225 a 500 litros y 10 por ciento son racimos enteros. Las uvas se vuelcan manualmente y fermentan durante 17 días a baja temperatura y con remontaje manual. Finalizado el período de fermentación, el vino se añeja durante 24 meses en barricas de roble francés. Luego se estiba en botella durante 24 meses, antes de su lanzamiento al mercado. Puedes encontrar ambas etiquetas en Vinoteca.
Su etiqueta es digna de contarse; tanto, que en las visitas a la bodega se ofrece una representación teatral. Las cuatro figuras femeninas representan hitos en la historia del Malbec. La primera mujer es Leonor de Aquitania y simboliza el nacimiento de esta cepa. La segunda, La Inmigrante, simboliza a los aventureros que viajaron hacia el Nuevo Mundo. Madame Filoxera representa la muerte del Malbec en el Viejo Mundo y su reaparición en América. Finalmente, Adrianna Catena, cuarta generación de la familia que lideró el renacimiento del Malbec. Este vino se elabora de plantas antiguas ubicadas en los viñedos Nicasia y Angélica. Su fermentación se realiza en barriles de roble francés nuevo. Los granos fermentan durante 30 días a bajas temperaturas, con remontaje manual y levaduras indígenas. El vino se añeja durante 18 meses en barricas de roble francés.